Trastorno psicótico inducido por el alcohol
Sánchez González, R. y Gómez Durán, E. L.
El consumo excesivo de etanol puede precipitar la aparición de síntomas psicóticos
La intoxicación etílica aguda (IEA) es el trastorno orgánico más común inducido por el alcohol y la intoxicación aguda más frecuente en España: afecta al 1,1 por ciento de la población (sobre todo a varones de entre 19 y 28años).
Se estima que entre el 2 y el 7por ciento de la población es bebedora de riesgo (más de 60 gramos de etanol al día en varones) y que la mitad de estos sujetos son dependientes. De hecho, España se sitúa entre el tercer y el quinto país del mundo en el que se consumen más bebidas alcohólicas, con una media estabilizada entre los 9 y 10litros de etanol por habitante y año.
Conocer los efectos del alcohol y la importancia clínica de los trastornos relacionados con su ingesta resulta esencial en la práctica médica diaria. La IEA puede provocar una variedad muy amplia de manifestaciones en relación indirecta con el nivel de alcoholemia: irritabilidad, alteraciones de conducta, depresión, comportamiento violento (entre un 17 y un 70 por ciento de los pacientes por conductas violentas atendidos de urgencias presentan cuadros de IEA). Aunque con menor frecuencia, también puede producir cuadros psicóticos agudos.
Hasta la fecha se han llevado a cabo pocos estudios sobre los cuadros psicóticos agudos inducidos por el alcohol. Tales casos suelen caracterizarse por la presencia de alucinaciones, ideas delirantes persecutorias, ansiedad intensa y un incremento del riesgo de conductas agresivas. Las alucinaciones más comunes son auditivas; por lo general se trata de voces malvadas, acusadoras o amenazadoras, aunque algunos pacientes las describen como agradables y no perturbadoras. Las alucinaciones suelen persistir menos de una semana, periodo en el que es habitual que el individuo presente una alteración del juicio de la realidad. Después de dicho episodio, la mayoría de los pacientes reconoce el carácter alucinatorio de los síntomas.
SUSTANCIA PSICOTRÓPICA
Desde el punto de vista neurobiológico, el alcohol es una droga psicotrópica, depresora del sistema nervioso central, con capacidad de crear dependencia psicofísica, tolerancia y adicción. La dopamina es un neurotransmisor catecolaminérgico que desempeña un papel importante en las adicciones. El efecto reforzador positivo del alcohol se relaciona con su capacidad para activar el sistema dopaminérgico mesolímbico, el cual participa en los sistemas de recompensa cerebrales. Dicho aumento de la transmisión cerebral dopaminérgica también sería causa de la euforia, la activación y los síntomas psicóticos que se pueden producir durante la IEA.
El tratamiento de tal tipo de intoxicaciones es sintomático, por lo que debe adecuarse a tenor del nivel de conciencia del paciente y el tiempo transcurrido desde la ingesta. Para el tratamiento de las alucinaciones se requieren fármacos antipsicóticos. Además, como la patología puede exacerbarse, es necesario mantener al paciente bajo vigilancia médica mientras perdura la intoxicación.
A pesar de que el alcohol, por su consumo legal, se percibe en ocasiones como inofensivo, cuadros como el trastorno psicótico deben alertar sobre su repercusión como sustancia psicotrópica, su potencial adictivo y otros efectos nocivos que conlleva para el organismo.
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Ø Intoxicación alcohólica aguda. M. Izquierdo en Adicciones, vol. 14, nº 1, págs. 175-193; 2002.
Ø Bases bioquímicas y neurobiológicas de la adicción al alcohol. F. J. Ayesta en Adicciones, vol. 14, nº 1, págs. 63-78; 2002.
Ø Prevalence of alcohol-induced psychotic disorders. M. Soyka en European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience, vol. 258, págs. 317-318; 2008.
MENTE Y CEREBRO 47 / 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario